Un Madrid absurdo, brillante y hambriento. Un poeta ciego que, sin embargo, tiene luces que no todos tienen. Un descenso a los infiernos de un país a la deriva… Un texto complejo y deslumbrante. El texto más leído por los bachilleres y menos representado hasta los años 80. ¿Por qué no probar a pasarlo del aula al escenario?.

Un grupo de cuarenta estudiantes y unos profesores, todos seducidos por la teatralidad personalísima de Valle-Inclán y el esperpento, dieron vida al casi centenar de personajes, desde el Ministro de la Desgobernación a la Vieja Pintada. Construyeron también sus trece ambientes distintos que se situaban en un círculo a modo de ruedo ibérico con toques castizos.

El espectáculo casi no se movió del salón de actos de Ermitagaña, salvo para una representación en el Teatro Gayarre. No obstante, a partir de esta obra empezaron a ser los espectadores escolares los que acudían con sus profesores los viernes por la tarde al salón de actos del Navarro Villoslada.